Nuestra Historia

Emelinda Bravo Veas, hacia comienzos del siglo pasado, trajo desde Iquique árboles de papaya, pensando en plantarlos como ornamentales en lo que hoy son los terrenos donde se emplaza el complejo turístico El bosque de Lipimavida, donde había instalado su casa. Con el pasar de los años los árboles crecieron y dieron frutos, sin embargo, nadie les sacó ningún provecho, pensando que eran venenosos debido a su sabor ácido. 

En 1940 se comienza a probar la fruta cocida, dando así comienzo a un proceso de exploración culinaria, buscando dar con los dulzores y texturas precisas. Durante de ese periodo, intentando usar la gran cantidad de frutas disponibles, se comienza a elaborar mermelada y miel de papayas de forma casera y artesanal. Hacia los noventa, el auge y el crecimiento del turismo en la zona hace necesario formalizar el negocio familiar, obteniendo los permisos correspondientes para cumplir con todas las exigencias sanitarias requeridas.

Así las cosas, en 1998 dimos nuestros primeros pasos como procesadora de frutas El bosque de Lipimavida, de la mano de Fernando Bravo Kawles, sobrino de doña Emelinda, adaptando una pequeña área de manipulación de alimentos para la producción propia, que no superaba los 5000 kilos al año. No obstante, prontamente y con la incorporación de  más productos, el recinto se fue haciendo pequeño, por lo que el 2003 construimos la actual sala de proceso, con más de 150 m2 para la elaboración de sobre 500 kg de fruta diarios.

Por estos días, dada la contingencia producto de la pandemia de COVID-19, hemos implementado en nuestra página web una plataforma de venta online de nuestros productos, haciendo eco de las solicitudes de nuestros clientes, quienes por prevención prefieren no salir de sus hogares.

 

Esperamos prontamente volver a encontrarnos.